domingo, 25 de mayo de 2014

SABIDURIA PARA ESPÍRITUS GANADORES

Sabiduría para espíritus ganadores.
José Ruiz

Esta semana se celebró el Nacional de Taekwondo (TKD) en Veracruz, felicidades a todos los participantes, hubo campeones y también hubo aquellos que deben seguir fortaleciéndose para obtener lo que anhelan.

Es probable que las palabras de este artículo sean crudas para algunas personas, pero aclaremos algo antes de leerlas; “en esta vida nada es personal, todo es circunstancial” palabras dichas a mis alumnos de posgrado cuando estaban a punto de reprobar la materia de Seminario de Tesis. Y que muchos recuerdan con mucho cariño.

Este artículo hablará del espíritu de los niños que se fortalecen o se quiebran tras la intervención oportuna o desatinada de un padre en afán de hacer su trabajo con su hijo. ¿A qué padre no le gusta que su hijo sea el mejor?

Escuchemos la voz de un padre: “Y esos moretones, ¿te pegaron en la escuela?; quiero que le partas su m..##$¿&#% o sino, aparte de que te la partan allá yo te la partiré…”

Ufff, ¡que reto!

Traducción: Mi papá quiere que sea el mejor…debo romperle su mandarina a todos sin importar las consecuencias y no dejar que otros se aprovechen de mi.

Salvo lo que ustedes opinen el mensaje tiene algo de verdad, pero la forma no fue la correcta.

Vamos por la vida procurando hacer el bien, y nuestro lema es: “Así me educaron y ve como soy un buen hombre (mujer), tu no recibes ni la mitad de los golpes que recibí de tu abuelo.”

Creo de primera instancia debemos entender que todos somos buenos, venimos de una fuente que es “buena, generosa y abundante”, por tanto nosotros somos seres con características de bondad, generosidad y abundancia, las cuales desarrollamos a lo largo de nuestra vida, para un mismo fin: Ser exitosos.

El éxito es tan subjetivo que para un padre ser exitoso podría ser: acabar tu carrera profesional, para otro que fueras millonario y para otro que seas un hombre ejemplar, como para otros tener unos nietos ejemplares o un matrimonio sólido, en fin. El éxito se puede medir desde la perspectiva de cada persona conforme a sus propias expectativas de vida.

Uno va creando esas expectativas desde el seno familiar, los padres van fortaleciendo o debilitando nuestra actitud hacia el triunfo. Es probable que en más de una ocasión escuchemos: -últimamente has engordado, pareces cerdo; pero no me pidas ropa hasta que no adelgaces.

Que motivador, ¿no les parece?

Ante el contexto de la competencia del TKD, ustedes podrían imaginarse la diversidad de formas de pensar de los padres de los participantes? El padre del que ganó, ese ES mi hijo! Y del que perdió, ese NO es mi hijo!

La actitud de un campeón es acorde a la actitud de la familia que lo acobija, existen familias ganadoras, las perdedoras no existen, solo que ver esta perspectiva es difícil.

Si desde el inicio de nuestros días, cuando empezamos de dar nuestros primeros pasos usaramos la PACIENCIA para esperar el tiempo en que debemos hacer las cosas, no habría padres molestos porque otros hijos ya caminan y el suyo no; o padres insultando a la mamá porque sobreprotege a su hijo y no deja que se desarrolle con naturalidad; es probable, no digo que esto sea una verdad absoluta, que la actitud, ante situaciones que viven los hijos son controladas por los padres; un buen consejo, una buena orientación, unas palabras de aliento, un abrazo de reconciliación, o un hacer juntos para enseñar, son situaciones que los padres deben promover en los hijos como motivadores de actitudes en futuros campeones. Traduzcamos las palabras de un padre (madre) que es fuerte de espíritu:

Hijo para ser un campeón:
·         Debes ser tú. Porque ninguno de nosotros puede tomar tu lugar.
·         Debes ser real. Porque la ilusión no es algo que se pueda lograr.
·         Debes creer. Porque existe toda posibilidad de que lo logres.
·    Debes ser bueno. Porque la bondad es nuestra naturaleza que proviene de nuestra fuente y fortalece el espíritu.
·         Debes ser recto. Porque el engaño debilita tu espíritu y lo mantiene ansioso.
·         Debes ser generoso. Porque dar o servir es la razón principal de ser humano que vive en abundancia.
·         Debes ser paciente. Porque esperar es una forma obtener buenos resultados, en el camino se aprende.
·         Debes ser justo. Porque la justicia permitirá resultados equilibrados.
·         Debes perdonar. Porque tu naturaleza bondadosa permite liberar cargas tuyas y de los demás.
·         Debes compartir. Porque el amor es algo que se da.
·         Debes soportar. Porque el aprendizaje se da a partir de ciertos tropiezos.
·         Debes sufrir. Aunque es optativo su nivel de sufrimiento, debes sentirlo para disfrutar de la gloria.
·         Debes ser humilde. Porque sin importar su estatus deben ser agradecidos y practicar todo lo antes dicho.

La pregunta es: ¿Cuantas de estas frases las han utilizado con sus hijos? Les aseguro que aquellas personas de alto rendimiento han utilizado más de seis. Practíquenlas, seguramente se graduarán al mismo tiempo con sus hijos.

Los campeones no son pobres ni ricos, ignorantes o sabios; son personas realizadas, felices, llenas de amor. Por tanto, sin importar lo que pase en tu vida, seas un padre estricto o permisivo, seas un hijo rebelde o retraído, seas una madre alcahuete o dura: “ámalos”; porque el espíritu se alimenta de amor.

Podrá haber sabiduría, fe, esperanza y amor. Pero el amor es el más importante de estos, por tanto comprendan que un ganador es aquel que ve amor en su familia principalmente, y esto se complementa cuando: se junta con ganadores, practica con ganadores y repite o copia el molde de los campeones. Si en tu casa tienes un campeón por que acaba de ganar una medalla de oro en el Nacional de TKD, seguro tú (papá, mamá, abuelo, abuela, padrastro, madrastra, primo, prima, tío, tía, o cualquier familiar o amigo que estuvo con este campeón) has sido “motivo” para que celebren una victoria más.

Pero si tú eres el que no logro la medalla de oro, recurre a las frases anteriores y fortalece tu espíritu, porque los tiempos son perfectos y tú eres un campeón.

JRT.


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