lunes, 4 de junio de 2012

Cambios de paradigmas en el actuar docente.

De las lecturas:
Segura, M(2005) Revista Ciencias de la Educación, Competencias Personales del Docente. Año 5, Vol 2. No. 26. Valencia Julio- Diciembre p.p. 171-190
Biggs & Biggs (2004) Calidad del Aprendizaje Universitario Capitulo I. Cambiar la enseñanza Universitaria.Págs 19-28
Barr & Tagg (s/f) De la enseñanza al Aprendizaje. Un nuevo paradigma para la educación de pregrado.


Conclusiones:

Los constantes cambios requieren de ajusten en el actuar de las personas, por lo que si las sociedades están compuestas de seres inteligentes, deberán cambiar sus procesos de pensamiento para la toma de decisiones.
Lo anterior requiere de una base educativa diferente, la educación ofrece a las personas la única forma que tiene el ser humano para emprender el camino de su propio destino, conocimiento especializado no es un concepto que requiera de universidades o estudios técnicos profesionales, un conocimiento especializado es aquel que se utiliza para poder actuar en la incertidumbre, y estos hechos desconocidos se dan día a día, este conocimiento ahora se le conoce como competencias genéricas, pero en realidad es algo especializado, porque la calidad humana con que se desarrolla requiere de la capacidad de otras personas que constantemente están tomando decisiones en la vida y sirven de experiencias que se transmiten no solo en el hogar sino en la escuela.
Un maestro pretende desarrollar su labor docente utilizando sus conocimientos profesionales pero se olvida que tiene fundamentos epistemológicos de todo lo que sabe, y la parte medular de su actuar está en su actitud, esta parte ha sido trascendental en el tiempo, un maestro recto, honesto, responsable y capaz; ha permitido a la sociedad tener grandes profesionistas y tal vez grandes padres y madres de familia.
Sin embargo la razón del crecimiento está en uno mismo, en las formas en que uno aprende y aprende a aprender; por lo que un maestro que no centra su atención en el alumno, deja fuera la oportunidad de que el alumno desarrolle la metacognición, proceso mediante el cual una persona crítica y reflexiva encuentra la mejor forma de ser capaz de seguir aprendiendo con sus propias experiencias, encontrando una razón lógica de lo que ha sucedido, de cómo se ha sentido, qué ha aprendido, cómo puede utilizarlo, y además cómo podría crecer con este nuevo conocimiento que surgió de él mismo.
En el sector educativo, encontramos compañeros que tienen una edad suficiente para comprender que el proceso de aprendizaje está en el alumno, y se resisten a establecer mecanismos o estrategias de intervención que sustraigan de su clase elementos nuevos que permitan justicia o equilibrio en un ambiente al mismo tiempo heterogéneo, con diversas culturas y diversas formas de aprender; se empeñan en establecer antiguas técnicas de enseñanza y no visualizan las nuevas formas de aprendizaje.
Hace unos años, entro en nuestro contexto las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC’s), que ponían en entredicho la labor repetitiva, obsoleta y aburrida de un maestro, sin embargo, cada vez más, el pizarrón, los gises, el borrador, las láminas en rotafolio y los mismos acetatos, han sido sustituidos por grandes inventos, como la computadora, la impresora, el proyector de diapositivas y otros recursos didácticos que son en manos de las nuevas generaciones una herramienta para aprender.
Entonces, es el maestro quien debe cambiar, establecer un nuevo concepto de lo que es para éste el proceso de enseñanza le permitirá entender como es relevante el proceso de aprendizaje en su labor docente, desde lo que hace y deja de hacer su alumno.
En palabras de Biggs, los estudiantes tienen distintas formas de aprender y el docente no está tomando en cuenta esto, en la medida en que el docente consiga que “…la mayoría de los estudiantes utilicen los procesos de nivel cognitivo superior que usan de forma espontánea los estudiantes más académicos…”, su enseñanza mejorará.
En la profesión uno es contador, abogado, ingeniero, pero la educación no solo necesita de esa profesión, sino necesita de la vocación de maestro. Segura (2005) así hace mención de lo que dice Pérez (s/f), Necesitamos ser docentes que, antes que ser otra cosa seamos educadores.”… el quehacer del educador es misión y no simplemente profesión. Implica no solamente dedicar horas sino dedicar alma. Exige no sólo ocupación, sino vocación.
Una persona con vocación es una persona dispuesta a crecer, es una dispuesta a poner fe en su labor por alcanzar su propósito, lograr su misión, especializarse en el campo de la educación, independientemente de su profesión, por lo que estará constantemente en un proceso de reflexión, que de acuerdo a Biggs, es la única forma de perfeccionar lo original.
No existe el maestro perfecto, pero sí una educación que en manos de un maestro digno de su actuar, permitirá una perfecta armonía en el aprendizaje de su aprendiz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario