Reportes de las Lecturas:
Perrenoud, Ph. (2008) Construir las competencias, ¿Es darle la espalda a los saberes?
Tobón, S. (2006) Aspectos básicos de la formación basada en competencias.
Gentili y Bencini (2000) “Construir competencias”. Entrevista con Philippe Perrenoud en la Universidad de Ginebra.
1. Reporte de lectura: “Construir competencias”. Entrevista con Philippe Perrenoud en la Universidad de Ginebra.
Trata sobre una entrevista realizada a Philippe Perrenoud, en la Universidad de Ginebra. "El Arte de Construir Competencias".
Menciona que una competencia es la facultad de movilizar un conjunto de conocimientos, información, etc. para enfrentar situaciones problema.
Dice que otras competencias están vinculadas a contextos culturales, oficios, condiciones sociales y algunas se construyen básicamente en la escuela.
También se refiere a que la moda de las competencias en las escuelas surgen por la necesidad de que el estudiante aprenda a solucionar conflictos para convertirse en un buen ciudadano formado en valores, principios y destrezas.
Por otro lado, las competencias que los alumnos deben haber adquirido al finalizar la escuela es el análisis de situaciones; aunque cada país tiene sus limitaciones, hay que observar las prácticas sociales a las cuales se enfrenta la gente ordinaria. Por ejemplo, saber desarrollar estrategias para preservar los empleos en situaciones de reestructuración de la empresa.
Sin embargo, es preciso considerar no sólo la educación básica, que incluye a los niños sino que también se deben considerar a los jóvenes.
Por otro lado, los cambios que debe tener el profesor es que si el sistema cambia abriendo las disciplinas, invitando a una pedagogía diferente, entonces el profesor deberá cambiar sus representaciones. Entonces, el docente debe proponer tareas complejas que inciten a los alumnos a movilizar su acervo de conocimientos. Trabajar por problemas y proyectos que involucren a los estudiantes.
Además, las cualidades profesionales que debe poseer son que sea capaz de definir y valorar sus propias competencias en su oficio y en sus otras prácticas sociales.
Para esto, es necesario proporcionar intersecciones favoreciendo gestiones de proyectos y actividades de integración.
Por ello, en una escuela basada en competencias la evaluación debe contribuir para que los estudiantes desarrollen sus competencias.
Finalmente, el enfoque por competencias no va a solucionar mágicamente los problemas de desigualdad en las escuelas, ni el fracaso ni el abandono. El cambio exigirá aún años de Revolución Cultural; en primer lugar para profesores, también para los alumnos y para los padres.
Actualmente, Philippe Perrenoud se encuentra trabajando sobre las estrategias de cambio y sus aberraciones, demagogia, precipitación, búsqueda de beneficios políticos a corto plazo, peso desproporcionado de los grupos de presión disciplinarios, entre otros.
2. Reporte de lectura: Aspectos básicos de la formación basada en competencias.
De acuerdo a Tobón (2005), el enfoque de competencias puede llevarse a cabo desde cualquiera de los modelos pedagógicos existentes, o también desde una integración de ellos. Haciendo énfasis en la relación que tienen con la sociedad y la economía.
Por tanto define competencia como el proceso complejo de desempeño con idoneidad en un determinado contexto, con responsabilidad.
Y explica que es un proceso por la articulación de los elementos que intervienen para alcanzar un fin; Complejo al implicar la articulación de diversas dimensionales humanas ante la incertidumbre; de Desempeños puesto que requiere la realización de actos, análisis y resolución de problemas, así como articular conocimientos, habilidades y actitudes; que se utilizarán en un contexto diverso, disciplinar, social, y cultural, ambiental, demostrando responsabilidad para poder corregir desde lo personal y social al responder por las consecuencias.
A este respecto, Bustamante (2003) , lo ve como un aspecto multidisciplinar, donde las competencias son consideradas como el talento humano que se desarrolla en las organizaciones educativas, sociales y empresariales.
En el currículo, se ha hecho una práctica, el manejo de competencias aisladas que están orientadas hacia lo laboral dejando fuera la formación disciplinar, o en su caso con una orientación al hacer no considerando el ser, a esto le suma la resistencia del docente en cuanto a no aceptar que su práctica debe considerar aspectos de calidad centrados en el aprendizaje, tomar en consideración, el conocimiento, las actitudes y las habilidades en su conjunto, la capacidad de estructurar programas que promuevan aprendizajes significativos y una evaluación que contenga criterios específicos que determinarán el logro de la competencia en los estudiantes.
Desde el aula, la planeación deberá considerar un proceso estructurado, definido, con objetivos claros, medibles y que permitan ser evaluados con criterios establecidos como estándares de calidad.
Las competencias docentes serán fundamentales para que la practica en el aula converge con los objetivos planteados en cada programa, de tal manera que la actuación del formador contribuya el desarrollo de competencias que se generan desde las mismas competencias del docente, éste será un ejemplo a seguir y demostrará conocimiento en el dominio del tema, habilidad en el proceso de hacer las actividades escolares propuestas o el efectivo desarrollo de las estrategias didácticas que permitirán la adquisición de la nueva competencia y se conducirá con una actitud de calidad, conciencia, respeto y valores, hacia su entorno social y medio ambiente, elementos que forman parte del contexto donde el alumno pondrá en práctica lo aprendido, de tal forma que se satisfaga la necesidad, social y empresarial que demanda profesionales competentes.
A partir de la estructura de las competencias, y una vez definida la unidad de competencia en el programa específico, y teniendo lo elementos de competencia, el docente a través de los indicadores podrá evaluar cuantitativa o cualitativamente el resultado obtenido en el desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje.
3. Reporte de lectura: Construir las competencias, ¿Es darle la espalda a los saberes?
La importancia de las competencias radica en la adaptación hacia la realidad tomando en cuenta los siguientes aspectos: el trabajo, que sería el ámbito del empleo; los ciudadanos que forman parte de la sociedad y la vida cotidiana, donde se refleja el actuar del día a día.
No debe existir contradicción entre el programa de estudio y las competencias, los conocimientos adquiridos deben ser congruentes con lo que se establece en el aula y la práctica del alumno. No existe una competencia sin un saber previo ya que las competencias que se han desarrollado y se van desarrollando nos llevan a convocar los saberes básicos y las habilidades concretas las cuales nos sirven para su aplicación en la escuela y en la sociedad.
Los puntos principales o bases del desarrollo de competencias radica en un saber-hacer; saber-movilizar y “transfer”.
El saber- hacer consiste en que el alumno tiene los conocimientos básicos (conceptos) y el dominio practico de ciertas tareas o situaciones.
El saber-movilizar toma como dirección la importancia de hacer frente a las tareas o situaciones que se presentan, conocer técnicas y métodos para llevar a cabo alguna acción y saber implementarla según el tiempo y el momento que se requiera.
El “transfer” se basa en la importancia de transferir un conocimiento asumiendo el hecho de unir los saberes con la práctica, tomando en cuenta ejercicios cimentados en la práctica reflexiva.
Esto se sustenta en la importancia que asumen todos los alumnos o jóvenes que se guíen mediante la orientación de lo que desean “ser” y que exista una apertura, generando herramientas que los ayuden a dominar su vida y a comprender el mundo; mediante una evolución en las ciencias pedagógicas y los modos de evaluación; con la finalidad única de “actualizar la educación”.
Conclusiones
Establecer competencias no es tarea fácil, en el aula se pretende indicarle al alumno el camino correcto, pero ¿cuál es el camino correcto?
En la sociedad, constantemente exigimos respeto, pero también un poco de irreverencia para que existan líderes y no acarreados, exigimos responsabilidad sin embargo no somos corresponsables de lo que pasa, exigimos justicia, aunque de repente participamos en la discriminación, exigimos una serie de conductas que refieren a un pensamiento exacto, pero al mismo tiempo sin límites; por tanto la sociedad es la culturalidad en su máxima expresión, es hacer de la diversidad una forma de vida, cuando en realidad existen más de 112 millones de vidas, por lo menos en México; todas con distintas formas de percibir las cosas.
Esta ambigüedad de pensamiento, permite darnos cuenta que no existe una fórmula que dé respuesta exacta a todos los pensamientos, sin embargo debe existir una gran capacidad en el ser humano para ADAPTARSE a todas las circunstancias o situaciones que vive en esta sociedad.
Perrenoud, pretende dejar claro que se requiere movilización de recursos.
En mi opinión, todos somos alumnos, aún sin estar en la escuela, (Educación No formal) establecemos un proceso de aprendizaje diferente, y buscamos la forma de aprender rápido para enfrentar problemas cotidianos.
Cuando formalizamos la educación, entonces pareciera que nos olvidamos de este proceso, nos volvemos incapaces parcialmente al aprendizaje autónomo, cuando en realidad somos expertos en este rubro, presentamos esquemas de conducta apropiadas al contexto y nos victimizamos de lo que sucede alrededor de nosotros.
En el aula existen factores que permiten el desarrollo de competencias desde las competencias de los docentes.
Una clase requiere diversidad, puesto que existe por esencia diversidad, salvo que sea un solo alumno, aún así pensaría que la diversidad se da desde el maestro que en primera instancia no piensa, ni ha tenido las mismas experiencias que su alumno, por lo que su percepción de la vida y de cómo ha resuelto sus problemas han sido únicos. Esto dará al alumno la capacidad de aceptar culturas distintas y saber que debe aprender a acordar en la diversidad.
Una clase requiere apertura, puesto que la comunicación es base del aprendizaje, ya que no existiría la educación sin ella, por tanto, saber escuchar a un alumno, es una tarea que cada vez debe ser más priorizada en la labor docente. Esto podría dar cabida a un alumno con visión, con expectativas altas que pondrán en evaluación constante su aprendizaje y su crecimiento. La apertura da la oportunidad de escuchar y entender cómo seguir aprendiendo.
Una clase requiere dinamismo, ya que no es conveniente establecer un patrón de conducta para resolver problemas, la contextualización se establece desde cada individuo, éste tomará de la teoría las diversas alternativas para resolver sus propios problemas, por tanto, cada alumno deberá comunicar con precisión su contexto hacia el maestro, con tal precisión que éste pueda encauzar su enseñanza en el desarrollo de nuevas competencias, requeridas por el alumno para alcanzar un nivel cognitivo cada vez más complejo. El dinamismo da lugar a nuevas alternativas.
Una clase requiere comprensión, es la empatía lo que podría establecer una relación interpersonal adecuada, y ofrecer un ambiente agradable de aprendizaje, esto pondrá al maestro en posición de opinar libremente y al mismo tiempo a escuchar una retroalimentación más apegada a la realidad, sin tomar de manera personal la opinión de algún alumno. Dará razón al respeto entre los individuos.
Una clase necesita que las personas que estén ahí, den o compartan experiencias, únicas en su género, en su origen y establecer en conjunto las alternativas suficientes para tomar una decisión acertada, basada en valores, en filosofías de bienestar para el grupo, permitiendo transmitir estos valores en las actividades cotidianas de la vida de los individuos que aprenden.
Es en general un proceso complejo, como lo menciona Tobón (2005), se necesita articular elementos y recursos para lograr un fin establecido.
Pero ser competente, es en realidad un proceso que permita a una persona tomar decisiones en la incertidumbre y actuar en la urgencia; palabras de Frued, al referirse a la labor docente.
lunes, 4 de junio de 2012
Cambios de paradigmas en el actuar docente.
De las lecturas:
Segura, M(2005) Revista Ciencias de la Educación, Competencias Personales del Docente. Año 5, Vol 2. No. 26. Valencia Julio- Diciembre p.p. 171-190
Biggs & Biggs (2004) Calidad del Aprendizaje Universitario Capitulo I. Cambiar la enseñanza Universitaria.Págs 19-28
Barr & Tagg (s/f) De la enseñanza al Aprendizaje. Un nuevo paradigma para la educación de pregrado.
Conclusiones:
Los constantes cambios requieren de ajusten en el actuar de las personas, por lo que si las sociedades están compuestas de seres inteligentes, deberán cambiar sus procesos de pensamiento para la toma de decisiones.
Lo anterior requiere de una base educativa diferente, la educación ofrece a las personas la única forma que tiene el ser humano para emprender el camino de su propio destino, conocimiento especializado no es un concepto que requiera de universidades o estudios técnicos profesionales, un conocimiento especializado es aquel que se utiliza para poder actuar en la incertidumbre, y estos hechos desconocidos se dan día a día, este conocimiento ahora se le conoce como competencias genéricas, pero en realidad es algo especializado, porque la calidad humana con que se desarrolla requiere de la capacidad de otras personas que constantemente están tomando decisiones en la vida y sirven de experiencias que se transmiten no solo en el hogar sino en la escuela.
Un maestro pretende desarrollar su labor docente utilizando sus conocimientos profesionales pero se olvida que tiene fundamentos epistemológicos de todo lo que sabe, y la parte medular de su actuar está en su actitud, esta parte ha sido trascendental en el tiempo, un maestro recto, honesto, responsable y capaz; ha permitido a la sociedad tener grandes profesionistas y tal vez grandes padres y madres de familia.
Sin embargo la razón del crecimiento está en uno mismo, en las formas en que uno aprende y aprende a aprender; por lo que un maestro que no centra su atención en el alumno, deja fuera la oportunidad de que el alumno desarrolle la metacognición, proceso mediante el cual una persona crítica y reflexiva encuentra la mejor forma de ser capaz de seguir aprendiendo con sus propias experiencias, encontrando una razón lógica de lo que ha sucedido, de cómo se ha sentido, qué ha aprendido, cómo puede utilizarlo, y además cómo podría crecer con este nuevo conocimiento que surgió de él mismo.
En el sector educativo, encontramos compañeros que tienen una edad suficiente para comprender que el proceso de aprendizaje está en el alumno, y se resisten a establecer mecanismos o estrategias de intervención que sustraigan de su clase elementos nuevos que permitan justicia o equilibrio en un ambiente al mismo tiempo heterogéneo, con diversas culturas y diversas formas de aprender; se empeñan en establecer antiguas técnicas de enseñanza y no visualizan las nuevas formas de aprendizaje.
Hace unos años, entro en nuestro contexto las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC’s), que ponían en entredicho la labor repetitiva, obsoleta y aburrida de un maestro, sin embargo, cada vez más, el pizarrón, los gises, el borrador, las láminas en rotafolio y los mismos acetatos, han sido sustituidos por grandes inventos, como la computadora, la impresora, el proyector de diapositivas y otros recursos didácticos que son en manos de las nuevas generaciones una herramienta para aprender.
Entonces, es el maestro quien debe cambiar, establecer un nuevo concepto de lo que es para éste el proceso de enseñanza le permitirá entender como es relevante el proceso de aprendizaje en su labor docente, desde lo que hace y deja de hacer su alumno.
En palabras de Biggs, los estudiantes tienen distintas formas de aprender y el docente no está tomando en cuenta esto, en la medida en que el docente consiga que “…la mayoría de los estudiantes utilicen los procesos de nivel cognitivo superior que usan de forma espontánea los estudiantes más académicos…”, su enseñanza mejorará.
En la profesión uno es contador, abogado, ingeniero, pero la educación no solo necesita de esa profesión, sino necesita de la vocación de maestro. Segura (2005) así hace mención de lo que dice Pérez (s/f), Necesitamos ser docentes que, antes que ser otra cosa seamos educadores.”… el quehacer del educador es misión y no simplemente profesión. Implica no solamente dedicar horas sino dedicar alma. Exige no sólo ocupación, sino vocación.
Una persona con vocación es una persona dispuesta a crecer, es una dispuesta a poner fe en su labor por alcanzar su propósito, lograr su misión, especializarse en el campo de la educación, independientemente de su profesión, por lo que estará constantemente en un proceso de reflexión, que de acuerdo a Biggs, es la única forma de perfeccionar lo original.
No existe el maestro perfecto, pero sí una educación que en manos de un maestro digno de su actuar, permitirá una perfecta armonía en el aprendizaje de su aprendiz.
Segura, M(2005) Revista Ciencias de la Educación, Competencias Personales del Docente. Año 5, Vol 2. No. 26. Valencia Julio- Diciembre p.p. 171-190
Biggs & Biggs (2004) Calidad del Aprendizaje Universitario Capitulo I. Cambiar la enseñanza Universitaria.Págs 19-28
Barr & Tagg (s/f) De la enseñanza al Aprendizaje. Un nuevo paradigma para la educación de pregrado.
Conclusiones:
Los constantes cambios requieren de ajusten en el actuar de las personas, por lo que si las sociedades están compuestas de seres inteligentes, deberán cambiar sus procesos de pensamiento para la toma de decisiones.
Lo anterior requiere de una base educativa diferente, la educación ofrece a las personas la única forma que tiene el ser humano para emprender el camino de su propio destino, conocimiento especializado no es un concepto que requiera de universidades o estudios técnicos profesionales, un conocimiento especializado es aquel que se utiliza para poder actuar en la incertidumbre, y estos hechos desconocidos se dan día a día, este conocimiento ahora se le conoce como competencias genéricas, pero en realidad es algo especializado, porque la calidad humana con que se desarrolla requiere de la capacidad de otras personas que constantemente están tomando decisiones en la vida y sirven de experiencias que se transmiten no solo en el hogar sino en la escuela.
Un maestro pretende desarrollar su labor docente utilizando sus conocimientos profesionales pero se olvida que tiene fundamentos epistemológicos de todo lo que sabe, y la parte medular de su actuar está en su actitud, esta parte ha sido trascendental en el tiempo, un maestro recto, honesto, responsable y capaz; ha permitido a la sociedad tener grandes profesionistas y tal vez grandes padres y madres de familia.
Sin embargo la razón del crecimiento está en uno mismo, en las formas en que uno aprende y aprende a aprender; por lo que un maestro que no centra su atención en el alumno, deja fuera la oportunidad de que el alumno desarrolle la metacognición, proceso mediante el cual una persona crítica y reflexiva encuentra la mejor forma de ser capaz de seguir aprendiendo con sus propias experiencias, encontrando una razón lógica de lo que ha sucedido, de cómo se ha sentido, qué ha aprendido, cómo puede utilizarlo, y además cómo podría crecer con este nuevo conocimiento que surgió de él mismo.
En el sector educativo, encontramos compañeros que tienen una edad suficiente para comprender que el proceso de aprendizaje está en el alumno, y se resisten a establecer mecanismos o estrategias de intervención que sustraigan de su clase elementos nuevos que permitan justicia o equilibrio en un ambiente al mismo tiempo heterogéneo, con diversas culturas y diversas formas de aprender; se empeñan en establecer antiguas técnicas de enseñanza y no visualizan las nuevas formas de aprendizaje.
Hace unos años, entro en nuestro contexto las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC’s), que ponían en entredicho la labor repetitiva, obsoleta y aburrida de un maestro, sin embargo, cada vez más, el pizarrón, los gises, el borrador, las láminas en rotafolio y los mismos acetatos, han sido sustituidos por grandes inventos, como la computadora, la impresora, el proyector de diapositivas y otros recursos didácticos que son en manos de las nuevas generaciones una herramienta para aprender.
Entonces, es el maestro quien debe cambiar, establecer un nuevo concepto de lo que es para éste el proceso de enseñanza le permitirá entender como es relevante el proceso de aprendizaje en su labor docente, desde lo que hace y deja de hacer su alumno.
En palabras de Biggs, los estudiantes tienen distintas formas de aprender y el docente no está tomando en cuenta esto, en la medida en que el docente consiga que “…la mayoría de los estudiantes utilicen los procesos de nivel cognitivo superior que usan de forma espontánea los estudiantes más académicos…”, su enseñanza mejorará.
En la profesión uno es contador, abogado, ingeniero, pero la educación no solo necesita de esa profesión, sino necesita de la vocación de maestro. Segura (2005) así hace mención de lo que dice Pérez (s/f), Necesitamos ser docentes que, antes que ser otra cosa seamos educadores.”… el quehacer del educador es misión y no simplemente profesión. Implica no solamente dedicar horas sino dedicar alma. Exige no sólo ocupación, sino vocación.
Una persona con vocación es una persona dispuesta a crecer, es una dispuesta a poner fe en su labor por alcanzar su propósito, lograr su misión, especializarse en el campo de la educación, independientemente de su profesión, por lo que estará constantemente en un proceso de reflexión, que de acuerdo a Biggs, es la única forma de perfeccionar lo original.
No existe el maestro perfecto, pero sí una educación que en manos de un maestro digno de su actuar, permitirá una perfecta armonía en el aprendizaje de su aprendiz.
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